NUEVO DISCO DE JAZZNOIZE
EDITADO EN EL SELLO RUIDEMOS.
Compendio de escritos relacionados con los sonidos, la escucha atenta, el cine y otros ámbitos del arte. Sin estructura y sin regularidad en las publicaciones, pero con cierta densidad y cercanía. Blog de Sergio Sánchez, artista sonoro y músico experimental.
24.5.09
11.5.09
Industria antimusical.
Papito arrasa. Promoción oficial en TVE (Playback y posterior edición en cd de ese mismo playback). Y ya existía la edición original con las mismas canciones. Menudo negocio. Eso si es sacar peras al olmo y estafar al consumidor. Tras vender cientos de miles de discos. ¿Le hacía falta promocionar su disco? O fue el pago a sus servicios políticos de campaña pro ZP.
Toma independencia de los músicos. ¿No deben ser los músicos críticos y subversivos?
Papito Bosé, seguro que no. Miguel, dále bambú.
¿La auténtica culpable es la piratería?
O es el eslabón más débil de la auténtica estafa y robo de las multinacionales
discográficas: los verdaderos explotadores de los músicos.
Auténticos ladrones de
guante blanco.
Subtítulo.
Me cago en la SGAE.
La industria del disco no es jauja. No es un paraíso gobernado por nubes de azúcar. Vivimos en un sistema capitalista. La industria musical (incluida la SGAE = Buitres carroñeros) está constituido por un sistema estructurado de manera piramidal, ¿quién es el que manda en la industria del disco? ¿quién decide? ¿quién gobierna? ¿el músico de estudio o los altos cargos directivos de las grandes compañías? LOS MÚSICOS SON LOS QUE GENERAN LA RIQUEZA, NO LAS DISCOGRÁFICAS, AL igual que los trabajadores, que son los que generan la riqueza y no los grandes empresarios. Los benefactores de esa plusvalía que los músicos merecemos en mayor igualdad de distribución, son las compañías, las mismas que han degradado el arte en pura y simple mercancía de usar y tirar. Lo importante es vender productos de fácil consumo y de efímera vida, ya que así, se vuelve a consumir con más rapidez. No se buscan "productos" duraderos, todo lo contrario. La estrategia de la industria musical es "sacar balones fuera", no reconocer su culpabilidad ante la caída, (realmente es una transformación) de las ventas de discos. Pero existen contradicciones que desmontan radicalmente la idea de que la música no interesa. Miren los festivales, conciertos, descargas. Nunca antes se consumía la música en tan grandes cantidades. ¿Qué es lo que ocurre realmente? Difícil respuesta.El consumismo sonoro ha cambiado de forma. Simple y llanamente eso. Las discográficas, como siempre (ley de vida), llegan tarde, como grandes terratenientes que pretenden perpetuar su dominación sin cambio alguno, no han sabido adecuarse a la nueva situación, aunque no olviden algo importante: ya ganan más con los politonos, que con la venta de discos. Así pues, bajan las ventas de discos, pero ¿sus ganancias económicas bajan realmente? Otro aspecto de este universo compuesto de microhistorias entrelazadas es el papel de los sellos más pequeños, las "indies", las cuáles, no son independientes en su gran mayoría, ya que solo se diferencia por la cantidad menor de volumen de capital que generan. Repiten los mismos errores que las grandes multinacionales, incluso imponiendo dictatorialmente criterios sobre sus músicos en nómina. Pero siempre han existido pequeños sellos que han mantenido un camino paralelo y contrapuesto al de otros sellos, por ejemplo: Bcore. Esta discográfica vende discos (lps el doble de baratos que otros sellos similares)más económicos. ¿Por qué tanta diferencia en el precio final si el coste es el mismo? La cultura de la gratuidad, se fomentó en los tiempos del PSOE de González, BARRA LIBRE PARA TODO DIOS. Festivales, y conciertos financiados por los ayuntamientos. La cultura de la gratuidad acabó con todo intento de mantener, INDEPENDENCIA económica e ideológica de los artistas, y en cuanto a los oyentes, el público cada vez más controlado y pasivo se le inducía a negar una realidad. El arte tiene precio, valor. Grandísimos grupos nacionales e internacionales de todo pelaje han pasado por las ciudades españolas sin pena ni gloria, porque simplemente cobraban un ridículo precio por la entrada. No solo es cuestión de la descarga de internet. Por cierto, en mi vida he comprado tanta música como ahora, y me descargo a cristo resucitado. Cuando algo me gusta hasta llegar a lo enfermizo, no tengo reparo en rascarme los bolsillos. La importancia de la independencia económica, del poder adquisitivo del oyente, es vital. Si nos inoculan veneno del tipo "el arte es mercancía de usar y tirar" lo normal es que un chaval que no llega a "mileurista" y que utiliza el 70% de su sueldo en pagar el alquiler, y comer, quiera gratuitamente algo que le gusta (la música, en este caso). Los libros de momento no van a ser pirateados en cantidades masivas. No me imagino a la gente descargando libros para ser leídos en una pantalla de PC, aunque tiempo al tiempo. Todo dependerá de como van a moldear nuestras mentes en un futuro próximo. La acumulación en general es un valor importante en nuestra sociedad actual. La cultura de la posesión ha sido fomentada como algo natural, vital, diría yo. Querer posee por poseer es una realidad como un templo. Conozco a muchas personas que descargan discos que ni escuchan, pero que se sienten contentos por el simple hecho de poseer ese disco. PURO CONSUMISMO CAPITALISTA E IRRACIONAL. Recuerdo haber comprado con 14 años, ahorrando durante semanas, un mini lp de Front 242 en 1989 (1100 pesetas) , creo que mi primer disco no comercial. Hoy día veo todos los días como se venden en las tiendas cds (de fabricación muy barata, nada de digipack) cedés singles por 10 euros. No ha habido mucha diferencia en estos años, aunque los lps valían 1600 pesetas por aquel entonces y ahora un cd de mala muerte vale 18 euros (el doble que hace 20 años). Todo depende de la avarícia de la compañía y de las DISTRIBUIDORAS, (otro personaje importante de esta surreal historia). Hoy día los cedés han mejorado en líneas generales, en cuanto a edición, pero ya es demasiado tarde por dos razones, se ha instalado para mucho tiempo la idea de que el arte es mercancía de usar y tirar, y la otra razón, es por motivos simplemente económicos (para el consumidor cada vez más empobrecido). La tendencia hoy día es la reducción de los costes. El resultado es el siguiente: se fomenta la venta de ediciones de discos en formato SLIDEPACK, que sirve para que la idea de venta de la música en forma de objeto físico (y no descarga mp3-internet) acabe sucumbiendo ante la idea imperante de la mercancía de usar y tirar. Es tan cutre es tipo de edición, que aunque cueste la mitad ese cd, nadie lo comprará (y me refiero al que todavía ama a la música como arte y no solo como mercancía). LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO. NO HAY VUELTA ATRÁS. LA INDUSTRIA MUSICAL COMO LA CONOCEMOS HOY DÍA, VA A DESAPARECER EN 10 AÑOS. Hace varios lustros, se fomentaba la calidad del sonido, el HI-FI, etc. Ahora todo lo contrario. Eso tiene mucho que ver con el desarrollo de otras formas de consumir música (MP3, iPOD, Internet, Soulseek, Emule, etc). Otro dato importante. LOS POLITONOS. Tal vez se vendan menos discos de un artista, pero tal vez esa falta de venta de cedés se supla con los politonos, que triplican los beneficios de las compañías discográficas, y ahí pierden hasta otras industrias auxiliares, fabricantes de vinilos, cedés, etc. El poder simpre intenta moldear los gustos de las masas. La primera vez que vi a THE CURE en televisión, tendría 10 años, 8, 12, no recuerdo bien. Fue en un programa de máxima audiencia un sábado en un programa estilo Jose Luis Moreno. Me impactó tanto la música como las pintas de un tío que tenía carmín en los labios y tenía el pelo preparado para la cría de gusanos de seda. Aluciné. Todavía lo recuerdo. Actualmente, en horario de máxima audiencia ¿quién actúa en play back y timando a todo cristo? Miguel Bosé con su Papito. EL CD = ESTAFA. "Nos vendieron la moto". En los 80 decían que era más caro producir un cedé que un vinilo. Me muero de risa. Si ahora se prima la acumulación de mercancía, el consumismo, y la música es mercancía, la gente, quiere acumular, y al no poder abastecer sus deseos a través de la compra, simplemente obtiene gratis esa mercancía que tanto desea. Un cedé cuesta 1 euro fabricarlo. El músico se queda 5 céntimos, ¿el resto? La compañía, la SGAE, distribuidoras, tiendas. El músico para sobrevivir ha tenido que saltarse la cadena. Componer y vender directamente (internet). Sin intermediarios. Más barato para el usuario y más beneficio para el músico. Y por último: estoy seguro de una cosa, la solución no la tienen que dar las propias compañías discográficas. NO LE DIGAS AL LOBO QUE VIGILE TU REBAÑO.
4.5.09
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