31.5.21

Cristóbal Halffter. La música del compromiso.

    


    El programa de Televisión Española "Imprescindibles" nos ha regalado todo un programa monográfico sobre la figura del tristemente fallecido Cristóbal Halffter, descubriendo a los telespectadores el verdadero significado de un artista total, descomunal. Y aunque era uno de los nuestros, desgraciadamente, para la mayoría de los ciudadanos, era un perfecto desconocido. 

    Lo mejor de su obra trasciende también su música. Su compromiso y moral intachables estaban ligadas a cada compás que completó con notación, a cada sonido, a cada silencio. Estaban unidas a una finalidad que era nada más y nada menos que la denuncia y la resistencia ante cualquier tipo de represión y de opresión. 

    "Si el Quijote tuviera que enfrentarse a unos molinos en la actualidad, éstos serían el sistema, el imperialismo, y las multinacionales".  

    Es una frase acertada y revolucionaria que mucha gente nunca creería que pertenece a este colosal compositor. 

    Desde la vanguardia, y sin olvidar lo mejor de nuestra tradición, Halffter vertebró una obra de una coherencia pluscuamperfecta. 

    El compositor/director compuso en plena dictadura, y también en sus estertores, algunas obras trascendentales, como la dedicada a los poetas Antonio Machado, Federico García Lorca, y Miguel Hernández. También a ciudades masacradas en el siglo XX por bombardeos indiscriminados y genocidas: Guernica, Dresde, Hiroshima...). 

    Así como también realizó una obra por encargo de la mismísima ONU para recordar el vigésimo aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. 

    Todo esto, muestra una pequeña pizca de su obra imprescindible, y la necesidad de que la música de Cristóbal Halffter deba ser conocida no solo en los Conservatorios de Música, sino en cada colegio e instituto de bachillerato de nuestro país. 



    


26.5.21

Pedro Iturralde. Viento del pueblo.

Pedro Iturralde ha fallecido a los 91 años de edad. Su es sinónimo de jazz en España, es uno de los pioneros, pero también era sinónimo de embajador, por poner a España (junto a Tete Montoliú) en el mapa mundial jazzístico. En los estertores de los años 60 Iturralde ya era un maestro por aunar sabiamente lo mejor del jazz y el flamenco, dos pasiones artísticas que aparentemente eran contrapuestas en lo estético, pero que en su raíces más profundas emana la savia de la cultura popular, la de los descamisados y los oprimidos.

De niño comenzó a tocar varios instrumentos, (saxofón, clarinete, guitarra, piano), y más tarde violín. Tras viajar al extranjero cuando ya ejercía de forma profesional como músico, volvió a nuestro país y realizó la carrera (completa) de saxofón en el Conservatorio Superior de Madrid, en solo un año. Justo después, y tras curtirse en los pueblos de su querida Navarra y el extranjero, formó el Pedro Iturralde Quartet. Además de interprete fue un notable compositor, y trabajó de músico de estudio y arreglista, realizando coqueteos con estilos modernos de la época como el rock y el twist. Esto le sirvió para foguearse y ganar tablas, y también para grabar sus primeros discos en solitario (en formato EP) con un sonido cada vez más personal, donde alternaba versiones de música popular tradicional y composiciones propias. 

Su gran salto al mundo del jazz se produjo en el Whiskey Jazz Club. Allí tocó casi todas las noches durante varios años. Atención a los nombres a los que acompañó: el gran trompetista Donald Byrd el monstruo del barítono Gerry Mulligan, Lee Konitz, otro gran saxofonista del estilo cool en los años 50, el otro grande internacional del jazz español, Tete Montoliu, y el también pianista Hampton Hawes, que también tocó con los más grandes (Charlie Parker, Art Pepper, Charles Mingus, y más tarde con Joan Báez y Charlie Haden).
 Es ahí donde comenzó a dar rienda suelta a sus ideas revolucionarias en su concepto de fusión entre los dos grandes géneros surgidos de la sal de la tierra, el jazz y flamenco, Con Hawes grabó un soberbio disco que reflejaba a la perfección su gran nivel como músico, el titulado "Pedro Iturralde Quartet Featuring Hampton Hawes", y cuyo subtítulo indica el horario de madrugada cuando fue grabado, casi del tirón. El repertorio estaba compuesto de clásicos a la manera de Iturralde y su cuarteto, el frenético y técnico "Óleo", la ya inmortal "Autumn Leaves", o la delicada "My Funny Valentine" que tan popular hizo Chet Baker, y que en manos de Iturralde se convirtió en una versión dignísima (los dos últimos minutos son arte puro que recuerda a su admirado John Coltrane). Esa fue una madrugada mágica de febrero de 1968 se convirtió en un oasis de libertad artística, en pleno ese frío de una capital aún castrada por la dictadura. Hawes, que no llegaría a escuchar el disco publicado (tardarían 18 años en desempolvar la grabación para su publicación para el extranjero), estaba en estado de gracia. También Iturralde y sus habituales en aquella época (Eric Peter al contrabajo y Peer Wyboris a la batería).

Dulzura, técnica y compenetración, como pocas veces puede ocurrirle a uno en la vida, quedaron plasmados en ese soberbio disco que les recomiendo escuchar. Se grabó en un par de horas, y se convirtió al instante en una de las obras cumbres de jazz español. Menos mal que convencieron al gurú de la discográfica Hispavox, Rafael Trabucchelli para registrar aquella maravilla. Inciso, me pregunto cuánto arte musical se ha perdido en nuestro país sin poder perpetuarlo en forma de disco. En este disco ya se desprende (aparte de la gran compenetración entre Iturralde y Hawes) la sensibilidad, la dulzura, la técnica, y el color del sonido del saxofón del gran maestro navarro. En definitiva, un auténtico disfrute para los amantes del jazz. Pero el "puñetazo" de Iturralde en el tablero mundial del jazz ya estaba dado con la publicación, también en Hispavox, de dos discos (uno en 1967 y el otro en 1968) que cambiaron la historia, "Jazz Flamenco"(en dos volúmenes) que años después se podrían conseguir reeditado en formato CD en una sola referencia a través del mítico sello Blue Note (la mejor discográfica junto a Prestige e Impulse), dada su importancia trascendental. 

En solo una década publicó una serie de discos que configuran la edad del oro del jazz ibérico con una piedra angular dividida en 4 discos, dos de ellos subdivididos (el ya citado "Jazz Flamenco"), y los otros dos publicados, ya no con Hispavox, sino con MPS y CBS. Son los llamados "Flamenco Jazz" (imprescindible escuchar "Canción de Fuego Fatuo", "El Vito" o "Veleta de tu viento") y "Jazz Studio". Entre 1967 y 1976, se produjo la primera década de oro del jazz español, y deberían realizarse tesis sobre la fusión que hizo Iturralde sobre innovación vanguardista y respeto a las tradiciones más arraigadas en la cultura popular hispana.
Aún siendo navarro, el hecho de viajar fuera de España le impulsó a componer o adaptar clásicos tradicionales. Como el gran Sabicas (también navarro), su pasión por Andalucía era palpable. Le gustaba mucho realizar improvisaciones sobre esos aires andaluces, y un gran deseo por conocer otras culturas. En contraposición a los que buscaban y siguen buscando división, él veía en la diversidad y riqueza cultural de España, un plus que le servía para ser más creativo, para crecer como persona y artista. De sus escapadas por los "tablaos" flamencos y de la escucha del disco de Miles Davis "Sketches of Spain"(profunda y respetuosa aproximación a la cultura española), surgió la poderosa (y ya indestructible) idea de que el flamenco y el jazz eran hermanos de sangre, que su fusión no es que podía ser factible, sino que era capaz de generar un arte de profunda hermosura. Coltrane y Davis tenían en su subsconsciente el flamenco como influencia lejana. No creaban copias del sonido flamenco, pero sí variaciones demasiado formales, y que no se acercaban a lo que grabó Iturralde. 

A diferencia de ellos, el maestro español sentía como propio el flamenco, de forma atávica y con fuerza, expresando a través del jazz un estilo que sentía como propio. Los discos de Iturralde aún siguen sonando frescos, inquietos con esa característica tan suya de dotar la técnica, el ritmo y las armonías, al servicio de la emoción. Algo que en mi modesta opinión es seña de identidad de los músicos de jazz españoles. De dos culturas aparentemente opuestas y lejanas, se demostraba que tenían más en común de lo que podríamos imaginar. Estos discos centrales de Iturralde así lo demuestran. A partir de ahí, todos en el mundo del jazz quedaron maravillados y comprendieron más allá de los tópicos y algunas certeras ideas sobre nuestra idiosincrasia (como le ocurrió a Miles Davis). 

Se acababa de dar un gran salto adelante en esa idea de fusión de ambas culturas, aportanto todo el conocimiento de años sobre la cultura flamenca, aportando auténtico flamenco, de gran calidad, y dialogando de forma libre y respetuosa con el jazz, que era un estilo de música que también gustaba de la libertad como forma de expresión. Iturralde, que estaba rodeado de grandes músicos, elevó a otra dimensión canciones tradicionales y populares como "Veleta de tu viento", "El Vito", o adaptando obras del maestro Falla, "Canción de Fuego Fatuo". Muchos arreglos fueron tomados a través de nuestro genio universal Federico García Lorca. Y la influencia de los maestros Manuel de Falla, Isaac Albéniz, Turina o Granados también estaban presentes. Así que el impacto no pudo ser otro que impresionante. Fue tal que se puso en contacto al poco tiempo el influyente Joachim E. Berendt, que posteriormente le produjo el disco "Flamenco Jazz", ofreciendole una actuación en el gran Festival de Jazz de Berlín, en el año 1967, y la grabación del mismo concierto. 

En ese festival se codeó con Miles Davis y su quinteto, Thelonious Monk, Archie Shepp, Sarah Vaughan, Don Ellis, y muchos más. Pedro Iturralde participó en el apartado dedicado a la fusión del jazz, el conocido Jazz Meets The World. Fue ahí cuando el propio Berendt le sugirió a Iturralde que incluyera a un guitarrista de flamenco, algo que Iturralde no deseaba en principio por tener demasiado respeto al flamenco puro. Probó con varios guitarristas de jazz para que hicieran "giros aflamencados", pero el resultado no era safisfactorio, y así, después de varias pruebas a guitarristas, se encontró con una joven promesa que le recomendaron, y que luego acabaría siendo un icono de la musica universal, Paco de Lucía (que por aquel entonces era conocido como Paco de Algeciras). 

 En los "huecos" de los temas, el guitarrista universal daba rienda suelta a su flamenco libre y avanzado, provocando junto a la música generada por Iturralde y el resto de músicos de la banda, un hito en la música española y universal. La gran fusión, milimétrica e indestructible entre la cultura española y el jazz del lejano EEUU, se gestó en esos años. 50 años más tarde sigue más que vigente, y mantiene aún mucha pulsión de vida. Y la figura del maestro de maestros influyó a los grandes del jazz actual en España: Jorge Pardo, Carles Benavent, Javier Colina, Perico Sambeat, Gerardo Núñez, Javier Colina, Albert Marquès, y tantos otros. Todos tienen algo de Iturralde en sus corazones.
 Pedro Iturralde ha seguido siendo hasta sus últimos días un músico altruista y humilde, baluarte de la cultura hispana. Siempre llevó nuestra cultura consigo, traspasando fronteras. Y casi sin querer molestar a nadie se convirtió con luz propia en uno de nuestro mejores embajadores. Dentro de su trayectoria, repleta de éxitos y reconocimientos variados, está el Premio Príncipe Viana de la Cultura, la Medalla de Honor de la SGAE, o la medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. Compuso también bandas sonoras y colaboró como solista con la Orquesta Nacional de España, sin olvidar lo mucho que hizo por el jazz en nuestro país y porque fuera aceptado en los Conservatorios. 

Solo decir en este día triste por su fallecimiento que su legado seguirá vivo. A los que desconocen la música de Pedro Iturralde, os recomendamos una discografía (seleccionada) que es auténtico patrimonio inmaterial de nuestro país: "Jazz Flamenco", "Flamenco Jazz", "Pedro Iturralde Quartet Featuring Hampton Hawes", "Etnofonías", "Complete Music for Saxophone and Piano", o "Una noche en el Central". Estas tres palabras: sinceridad, humildad, y honestidad, son las que he elegido para definir a Pedro Iturralde y su música. Sirva este artículo como homenaje y muestra de respeto. Nuestro más sincero pésame a su familia y amigos. Que la tierra te sea leve, maestro.

Reproduzco en el blog la necrológica que escribí el mismo día del fallecimiento de Pedro Iturralde. 
Se publicó en el periódico De Verdad, en la sección de cultura. 

(Sergio Sánchez)

25.5.21

Seefeel. El bendito problema de comprar reediciones.

La fractura de los sonidos abisales de Seefeel se ha hecho notar. Tras varios años en período de letargo, reeditan tres referencias de su período posterior al del sello mítico Too Pure. Me refiero al período de transición que hicieron a la electrónica más abstracta y áspera, la cercana a sus amigos Autechre. En este período que data de 1994 a 1996, publicaron un EP, un single, y dos discos de larga duración. Los trabajos reducidos fueron una transición acelerada hacia momentos de gran impacto sonoro, y que luego serían mejor transitados desde esa perspectiva de experimentación por uno de sus miembros en el proyecto Disjecta, Mark Clifford. Del sello indie más exquisito (Too Pure) de la primera década de los 90 (de ahí salieron PJ Harvey, Moonshake, Mouse On Mars, y Stereolab), saltaron sin red a otra discográfica fundamental, Warp. 

Ahí entendieron su mutación (natural) sin fisuras hacia mundos con subsuelos electrónicos. Y el siguiente salto, estratosférico, fue a Rephex. Con "Rupt and Flex (1994.1996)" se reúnen los trabajos tras su salida de Too Pure. Editado en una caja especial de 4 CDs con 43 canciones remasterizadas para la ocasión por el gran Stefan Betke, más conocido por su proyecto Pole. Un maxi, un EP, dos LPs, con remezclas de la época (Autechre), así como 22 bonus track. Estas rarezas eran dificiles de conseguir. Además, contiene un diseño exclusivo de los prestigiosos The Designers Republic, con apuntes del propio Clifford y Sarah Peacock. 

También están publicados los discos en doble y triple vinilo de "(Ch-Vox)" y "Succour", en edición (como ellos han denominado) Redux. Así como la suma en un doble LP del EP "Starethrough" y el maxi "Fracture/Tied". Desde su visión futurista en el campo del dream pop hasta el universo techno más arisco y esquelético, hay una delgada línea experimental que recorre el sonido de Seefeel. Un estilo construido y reconocible que se caracteriza por la tristeza y la melancolía como catalizadores de su estrategia musical. Tenemos en ellos otro ejemplo más de grupo de culto que trasciende una época, que se revisa con devoción, pero que nunca llegaron a cotas comerciales de coetáneos cuya estética se englobaba en las tendencias que imponía la prensa musical inglesa. 

La época dorada del grupo londinense hay que contextualizarla en el declive shoegaze, la irupción del grunge, y el clasicismo rancio del brit pop. De entre los muertos sónicos, surgieron estos casi alienígenas que nos invitaban a una forma más cósmica de escapismo. Sin tanta cobertura mediática, finalmente establecieron un camino seguido (e imitado) por otros francotiradores. Seefeel es uno de los nombres más revelarores de esa frontera exitante de los primeros años de la década de los noventa que flirteaba con el pop menos convencional y la electrónica alejada de los clubes. De ahí su relevancia casi treinta años después. 

Seefeel queriendo o no, se convirtieron en uno de los iconos de esa tercera vía adquirida por los oyentes más exigentes. Para quien no tenga alguno de estos discos, lo recomendable es adquirir estas reediciones. Pero si la discoteca está vacía de los trabajos de Seefeel, lo ideal sería adquirir ese caramelo en forma de pack llamado "Rupt and Flex". Bendito problema ese de comprar reediciones porque en la época de su publicación el dinero tenía que ser pintado. (Sergio Sánchez)

24.5.21

Víctor Nubla. DEP.

Hace ya meses de la triste noticia del fallecimiento de Nubla, uno de los más influyentes y anárquicos artistas de nuestro país. Tenía 63 años, y fue debido a complicaciones de una hernia. Su influencia fue grande. Muchos de sus proyectos y colaboraciones tuvieron gran trascendencia, a pesar de girar en mundos minoritarios. Es lo que suele ocurrir en estas latitudes. Desde la segunda mitad de los 70 siembre fue activista sonoro. Argonauta del barrio de Gràcia, volvió a publicar, no hace mucho, un nuevo disco de su proyecto más conocido, Macromassa. Seguía con el festival LEM de Gràcia Territori Sonor, y muchas actividades, como microtopies.
El último libro que recuerdo suyo lo publicó Blackie Books. Os dejo el enlace del tributo que organizó a través de un bandcamp Francisco López. 
DEP