RAVE PARTY

Los hijos de la yanquización por la alienación.

En plena rave colectiva, el rostro asqueado de algo que no acaba de funcionar y que era, por cierto, una juventud manipulada en el espejismo de su propia libertad controlada; tenía algo.
En algún lugar de nuestros recuerdos, como si estuviesen muertos en vida voces y rostros de la década anterior que se convertían en algo obsesivo; tal vez en una permanencia que era necesario eliminar pues el ACID HOUSE estaba a la vuelta de la esquina, fueron realizadas a toda prisa (bendito XTC) y sin poder ser superadas las obras maestras del puto Acid.
Era la época de los jóvenes que comenzaban a descubrir la existencia de otros vicios además del alcohol, tabaco y otras drogas como el jaco y las rayas (Dios y la cocacola ya pasaron).
El baile había regresado a su primera manifestación tribal, y lo psicodélico se convirtió en la alucinación de las nuevas pistas de baile, que tras una primera intención liberalizadora de emociones, pasó a ser condicionante de las mismas; esclavizadora de voluntades.
La característica de esos años fue, y sigue siendo, el clamor, la ostentación de los ruidos, las proyecciones de imágenes por ordenador, y la necesidad misma de crear. Aunque como en otros tiempos, el esnobismo jugaba con la investigación mental, la juventud, el cansancio, el frenesí, el aburrimiento, el convento, el libertinaje, la revolución y el conservadurismo más atroz.