27.8.25

Escupemetralla y la madre de todas las casetes

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Hace unos días recibí, no sin cierta impaciencia, un paquete postal de Escupemetralla, uno de los proyectos underground más originales y subversivos del panorama estatal que subsisten aún de la época dorada de los años 80, publicando con cierta asiduidad aunque ciertamente con períodos largos de letargo. 

MATERIA EXÓTICA DEL UNIVERSO 1988-1995

El contenido en cuestión es una cinta de casete especial tanto por el contenido como por el tipo de formato de escucha. Por el contenido porque recopila sus primeros trabajos, todos ellos de culto (y que en alguna página de coleccionistas piden por la cinta original un buen dineral). Posiblemente sea la colección de cuatro primeros discos más interesante, atractiva y consistente de la música experimental de nuestro país, con permiso de Esplendor Geométrico, Francisco López, Avant-Dernières Pensées, y Comando Bruno

Son "Sublimado Corrosivo" (1988), "Burros de Dios/Asses of God" (1990), "Vida y Color" (1991), y "Multimierda" (1995). Además, se incluye el single fantasma "The Third World Chikenpoxp" (1994) y contenido adjunto como textos, videos, imágenes y también bonus tracks.Y todo remasterizado por los propios Escupemetralla y publicado en su propio sello Clonaciones Petunio, en este 2025. 

Estos arquitectos del miedo, vendedores de ácido clorhídrico para bebés, y ubicados en Nova Barcelona, como así se presentan ellos mismos en su propio blog de forma tan corrosiva como habitual, han creado un trampantojo de primer nivel, pues este completísimo artefacto es en realidad un pendrive con conexión USB A en forma de cinta que incluye nada más y nada menos que lo mejor de su discografía, indispensable a mi parecer para comprender en toda su magnitud la escena auténticamente underground de Cataluña, y que vivía al margen del rock y cualquiera de las otras formas de la música popular. 

Más que recomendable para cualquiera que estudie la historia musical hecha aquí o que por simple curiosidad le lleve a los márgenes más radioactivos de la escena musical, este recopilatorio colosal digno de tesis, abarca aproximadamente siete años, desde 1988 hasta 1995. 



Comienzo con la primera de las cintas que reeditan, que aunque dicen que nunca pidieron ser recordadas, os aseguro que quienes disfrutamos y coleccionamos material (no digital) experimental, agradecemos profundamente. Os sitúo en 1988, Perico" Delgado ganó el Tour de ese año con uno de los descensos más suicidas que podemos recordar y se produjo la primera huelga general que mamó Isidoro, también conocido como Felipe González, siendo posiblemente las más potente que se recuerde tras la dictadura franquista. 

Y mientras sonaba en muchas discotecas EBM lustroso (y nos sobrevino el auge del acid house por la vía ibicenca en lo que denominaron segundo verano del amor), apareció (para sorpresa del mundo naif) una colección de temas que rebosaban creatividad futurista, detritus sónico de alto voltaje que abrasaba al más infraser de los negacionistas climáticos, y una especie de Nag, Nag, Nag cabaretera y super dadaísta, (que es lo más cercano a un single parido por Muhammad y Muhammad) que roza la adicción y que se titulaba "Cuac, cuac, cuac".

Es metralla en doce casquillos que te entra en lo más vulnerable de nuestra corteza auditiva. El álbum es un inicio de anti carrera "musical" espectacular, cuyo título certero explica muchas ideas y conceptos del disco "Sublimado corrosivo", muy en la línea de títulos magistrales de la época (e incluso de nombres de sellos discográficos). 

Se inicia con "Boato" que arranca con sampler y ritmo industrial de querencia por la pesadumbre y la repetición con incorporación de sonidos estridentes en paralelo, le siguen otras grabaciones como "Retales Marisa" que tras la inclusión de un sampleo marca de la casa con sonidos de marcha militar, se escucha (como bien dice el título) una colección de retales sónicos con sintes alucinógenos, field recordings ruidistas caseteros, y órganos de misa para el culto al trance. Cualquiera de esos extractos podría ser perfectamente una canción para maxi de 12 pulgadas. "Baronesa Russlein von Altebar" es simplemente un trallazo comatoso con un sub grave que te dilata las pupilas, al más puro estilo arty noise, o como si Chopin le diera duro al fentanilo. "Sagunto" podría haber sido incluida en alguna de las primerísimas casetes de Esplendor Geométrico y no hubiera pasado absolutamente nada. 

Es de lo más salvaje del industrial tribal parido en la jodida piel de toro. Es un auténtico tsunami que si hubiera sido usado como arma, otro resultado se hubiera producido en la lucha de clases en esa ciudad mediterránea cuando el desmantelamiento de la industria en los años anteriores a la entrada en la CEE (ahora UE). 
"20 segundos para bailar (golpea tu cabeza contra la pared)" suena cabecera de carta de ajuste para televisiones de otra galaxia. Y el resto de escupitajos sónicos del primer disco oscila entre noise para promocionar empresas de desguace, y rollo tribal que estaría en el top ten de ventas en una  sociedad post industrial apocalíptica tras vertido de hongos radioactivos. "Arroja la bomba", en la parte final del disco, podría sonar perfectamente en alguno de los discos ochenteros de Esplendor Geométrico. De la época de Mekano-Turbo. Pero con temática guerra civilista antifascista. 



"Burros de Dios/Asses Of God" suena a saeta de Throbbing Gristle y Cabaret Voltaire en plena ola de calor. A pesar de la digitalización-remasterización, nuestros tímpanos intuyen la sequedad de los ruidos cortantes industriales de este segundo trabajo que inaugura una nueva década, la de los 90. Con una de las más críticas y mejores portadas que he visto en mi vida (retrato de Escrivá de Balaguer) esta opus subversiva suena más homogénea que su predecesor con sonidos y con ritmos más pulidos, pero sin perder creatividad, radicalidad y visceralidad. 

La crítica y la ironía de sus títulos no desaparecen , n absoluto. Es un disco delicioso en todos los sentidos, de principio a fin, con bastante equilibrio entre los cortes más rítmicos y tribales que incitan constantemente al baile de carácter animista, a los experimentos típicos de sus coetáneos. Esto es pura misa negra. Un descenso a los infiernos para combatir la cultura sectaria y ultra-religiosa a modo de loops, sintes sin exorcizar, y samplers anti conservadores. Si os ponen unas velas negras mientras suena este disco, la muerte por corazón roto estará asegurada. 

Pero lo que más me inquieta es la semejanza de uno de mis trabajos (dueto con A. L. Guillén) en el tratamiento de algunos sonidos para el disco "Koinonía", bajo el nombre de La Orquesta Argárica. Porque este disco no lo había escuchado nunca en su integridad excepto las tres primeras canciones.



Solo un año después, 1991, publicaron "Vida y Color", un disco no tan conocido, para los de generaciones posteriores, como por ejemplo "Multimierda". Abren el disco con una base dance digna de productores belgas como Jo Bogaert que acompaña scratches sobre frases tan delirantes como la del título "Tenemos todo el barro que queremos". Una sinfonía vinidélica acompañada por unos riffs de guitarra finales que podría sonar en una discoteca con Christian Marclay de relaciones públicas. El sampler va tomando cuerpo en este disco. 

Cada vez que lo escucho me genera más admiración. El segundo track contiene, sin no me equivoco, un sampler de Public Enemy. Puro pegamento para sobrevivir en mundos urbano y salvaje. Donde el culto a la cultura popular domina en la producción dignificando a los habitantes que deambulan por los barrios obreros. ¿The Bomb Squad y Jon Hassell juntos? Sí. Y no es un milagro esa fusión. Han sido clonados en Barcelona. Clonaciones Petunio culpables. No voy a desglosar cada compás del album. Prefiero que lo escuchen con la atención que merece. 

Esta rara avis es materia más que exótica, es una pastilla gomosa que induce a un caos semi controlado. Escupemetralla predica que lo ideal es una escucha en domingos extraños. Como ese "Tocomocho" sin camisa roja y corbata negra para robots, ¿la habrán escuchado Ralf y Florian? O la exhuberante oda iraquí post (o pre) Guerra del Golfo titulada "NWO", acrónimo de New World Order. Como siempre, anticipan la historia porque viajan desde el futuro. El final perfecto es ese loop drónico, inquietante y a su vez bello titulado "Motor inmóvil aristotélico". Si escucháis esta canción con el inicio de las películas Blade Runner o Cielo Líquido os dejará boquiabiertos. 


No pienso escribir nada de uno de mis discos favoritos e influencia directa en mi manera de entender y articular los sonidos. "Multimierda", obra maestra de la música experimental y underground española está incluido en este recopilatorio. Y sí, contiene su mega anti éxito "Quiero ser guitarra de Esplendor Geométrico". Pero el disco es muchísimo más que eso y se sabe al darle al play para escuchar "Ritmo X". Por cierto, me hice una camiseta con la portada, de las más provocativas de la historia de nuestro país. 

La llevé para uno de mis conciertos hace algunos lustros, y casi acabo en pelea porque un cazurro (niño de papá en realidad) no entendió la ironía. Creía que era nazi porque aparecía Hitler en la foto. En fin. Anécdota irrelevante y mucha multi masa sonora.  Eso sí, la inspiración multi mierdosa hizo que el concierto saliera redondo, calentando motores para el cabeza de cartel, Cristian Galarreta


De regalo, tras el tríptico insuperable, se incluye para cerrar este agujero de gusano colapsado (que no box set), como ellos explican, "The Third World Chickenpoxp", de 1994, un año antes de "Multimierda". Obvio el homenaje a The Residents pero con Ceaucescu comiendo pollo KFC y un nazi sujetando una zanahoria en la portada. Detritus de primera en modo "Third Reich ´n`Roll" rumano con dos temas que son puro sabotaje. Carburetor Records se equivocó. ¡Kaw-Liga Noise! 


Lo único malo es que se me ocurrió presentarles la idea de realizar una sesión, pero no la típica de DJ, sino de esas que hago bajo el alias DJ Acid Marx con el nombre de Cabina Experimental, donde doy rienda suelta a todas las tropelías prohibidas en una cabina de DJ. O sea, usar la cabina de los pinchadiscos en una zona de control para la experimentación más libre y radical. 

De este modo, surgió de entre la no set box de Escupemetralla parte del contenido de la cinta, a modo de sincero homenaje. Lo que no esperaba es que aceptaran la propuesta. Supongo que la ola de calor extrema en estos tiempos de crisis climática y económica hacen lo suyo incluso entre las mentes más lucidas. Se titula "Escupemetralla Corrosiva Mix" y concentra en menos de media hora el espíritu crítico y super creativo de uno de los mejores proyectos que ha parido la experimentación catalana.


¡Larga vida a Escupemetralla!




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