12.9.21

Low. Desde Duluth enterrando prejuicios.



"White Horses" avisa desde los primeros compases que los de Duluth van a seguir ahondando en la brecha abierta con sus dos discos anteriores, producidos por BJ Burton. Esta especie de falsa trilogía abre en canal las contradicciones de Low con respecto a la misma existencia. Lo bueno y lo malo de estar vivo, sin miramientos, con desgarro y mucha emotividad. 

Vuelven a una estética sonora armada con herramientas provenientes del mundo de la música electrónica no convencional, retorciendo aún más la idea originaria. Experimentando como décadas atrás hacían los maestros de la vanguardia, que no despreciaban ningún tipo de sonido por ruidoso que fuera.

En el disco habitan bases densas de pura niebla cortante e hiriente, palpitaciones convertidas en loops, y sonidos que desfloran esperanzas a través de unas melodías que se posicionan sobre ese muro sónico, aparentemente frío, pero que tiene más "alma" que muchas de las producciones que nos entregan los grandes popes de lo alternativo.

Low labran su camino iniciado hace casi 30 años, siguiendo la estela de grupos como los maravillosos Bedhead y toda aquella escena ya lejana que alguien definió como slowcore. Una etiqueta que la propia banda de Minesota rechaza. 

Recuerdo la primera vez que les escuché. Fue con la canción "Shame", de su segundo disco. Tras sus dos primeros álbumes en un pequeño sello discográfico, saltaron a mi idolatrado sello Kranky, hogar de algunas de las bandas más luminosas de los últimos tiempos. Pero fue en Sub Pop, sí, ese sello super grunge de la escena rock alternativa de los años 80 y 90, donde se mueven como pez en el agua y con total libertad para expresar su idea metafísica del mundo. No debemos olvidar que son de un lugar donde ser mormón es tan masivo como nuestra religiosa forma de convivir socialmente en España, la de ir de terraza en terraza en busca de bares.

Nostalgia, tristeza, esperanza, emotividad, sanación, depresión. Todo esto, y más, puede concentrarse en una canción tan redonda como "All Night", que podría haber sido el single, pero no lo es. Esa composición es uno de los mayores aciertos del disco, que ya es el decimo tercero, si no me equivoco.

Equilibrado pero al mismo tiempo intenso, y con producción con capazas de distorsión para el cultivo de cualquier tímpano descarriado y perdido, encontramos el él una evolución en el proceso de creación de las canciones y también en el orden elegido para cada de una de ellas. En definitiva, es el summum de esa búsqueda constante de certezas que nunca serán comprendidas en su totalidad. 

Por otro lado, la forma coral de las melodías, asentads en esa acalma marca de la casa, sigue siendo seña identitaria de Low, a pesar de que busquen revestirlas, con más ahínco que nunca, de un rugoso magma de ruidos engendrados mediante distorsiones con estructuras repetitivas, o con ingredientes tan intensos como acoples lujosos que añaden suntuosidad a la idea aparentemente básica de los de Duluth. 

Los cambios bruscos entre la calma aparente y la oscura densidad dan más corporeidad y sinergia a un disco que en ningún momento peca de pesadez. Esto no significa que sea un trabajo fácil de escuchar (tampoco es difícil) si partimos de la media de producciones del universo pop-rock alternativo que nos presenta esta época que vivimos donde el reciclaje, la mutación, en incluso la fagocitación de estilos, son santo y seña  de nuestro tiempo presente.

Está claro que bandas como Low son valientes, pero no innovadoras. Se adentran por caminos y derroteros ya pisoteados hasta la saciedad por proyectos experimentales de otros estilos casi siempre más arriesgados, pero se agradece, y mucho, que estas apuestas desde el rock basen su trabajo expresivo-sónico en el ruido.

Los primeros que me vienen a la cabeza son Sun O))), dúo formado por Stephen O´Malley y Greg Anderson (pero sin esa espiritualidad), o incluso el proyecto (amado por Kurt Cobain) Earth cuyos sonidos más primitivos influyeron a multitud de bandas de rock más inquietas. Eso sí, Sun 0))) entran al templo para bajar a los infiernos, mientras que Low lo hace para adorar a Dios. Trabajos de músicos como Tim Hecker, Lawrence English, Aidan Baker, y toda la retahíla estética basada en el ambient y el drone más áspero (tanto en el mundo rock como en el electrónico), han hecho mella en estos creadores de oraciones populares.

Si a través de la escucha de Low, los amantes de la música rock más alternativa llegan a otros universos sonoros, bienvenidos al lado "oscuro" de la música porque dejarán de ser infieles provenientes de la Sodoma que renegó en distintas ocasiones de todo lo que sonara a electrónico y conformara estructuras atonales ruidistas. ¿Los más fundamentalistas llegan tarde? Tal vez, pero al menos, entran en el salón de los caídos para adorar, sin saberlo, todo lo que antes criticaron. 

"Hey What" es una buena entrada al mundo de lo bello a través de la falsa fealdad. Sin importar que el pop gestionado por las grandes multinacionales, y ahora plataformas de música en streaming, fagocitan todo lo nuevo para convertirlo, en ocasiones, en algo rancio. Esperemos que con Low no suceda. Mientras tanto, escuchen este nuevo trabajo (espero que no el último) que como mínimo no defraudará a los que buscan experiencias más allá de la diversión y el hedonismo mal entendido.

Nota: 8/10





31.8.21

Lee Perry. Más experimental que los popes experimentales.


Acaba de fallecer otro de los artistas fundamentales de buena parte del siglo XX, Lee Perry. Técnico sonidista desde el primitivismo y la precariedad, fue santo y seña durante mucho tiempo en el país del que provenía, Jamaica. Este excéntrico músico fue el que mejor supo escarbar en las entrañas de la música que se estilaba en la década de los años 60 y 70, en ese periodo de transición de las música llamada ska. y posteriormente rocksteady. 

Pero de esto no voy a hablar en esta necrológica escueta que sirve de sincero homenaje, ya que hay numerosos libros especializados en esto, como por ejemplo el que más valoro personalmente: "Bass Culture" de Lloyd Bradley, una auténtica biblia rigurosa y repleta de información. 

Me quiero centrar mejor en la importancia y el talento creativo de Perry, un auténtico revolucionario por sus grandes aportaciones innovadoras, ya fagocitadas desde hace varias décadas por los músicos hasta más tradicionales de las diferentes tendencias, el punk (el post punk de The Slits, Delta 5, PIL), al r´n´b, pasando por el rap (KRS-One), y el techno (The Orb, Moritz Von Oswald, Basic Channel, Porter Ricks). La lista de proyectos sería interminable.

Creador del reggae y padre putativo de los Wailers, Perry trabajo con los grandes. Era una leyenda viva hasta hace dos telediarios, cuando falleció con 85 años en Lucea, zona norte de Jamaica, aunque su lugar de residencia durante bastantes años fue Suiza.

Tal vez por su procedencia humilde, con una infancia y juventud repleta de carencias, Perry se interesó en lo esencial, en el esqueleto musical de la música popular de su país, en el bajo y en los ritmos, dotando de nuevos sonidos a la música con la que trabajaba gracias a la experimentación alejada de prejuicios. En este sentido fue uno de los que diseñó, junto a King Tubby, ese subgénero maravilloso llamado dub. Con más libertad ya en su propio estudio casero Black Ark. 

Su manera de trabajar fue adoptada por otros maestros técnicos de generaciones posteriores como Sly and Robbie, y también Mad Professor (que trabajó con Perry en varias ocasiones). La alargada sombra de este "Super Ape" rebelde (con causa) y visionario, va a perdurar durante varias décadas aquí y "outta space". 

Basta recordar que gracias a él se grabó (por The Upsetters) el disco fundamental de Max Romeo "War Ina Babylon", producido por el propio Lee Perry. Siendo la canción "Chase The Devil" todo un himno político, como muchas de sus producciones de los revolucionarios años 70, que años después recuperaron mediante sample The Prodigy en su mítica canción "Out of Space". Un clarísimo ejemplo de que el legado de Lee Perry está más vivo que nunca.

Para mí el dub es parte fundamental de la experimentación, que gira en torno a músicos, técnicos, y productores provenientes de un país del Tercer Mundo, pobre, de gente humilde que con escasísimos recursos aplicaron, inventaron, y desarrollaron técnicas y formas de entender y trabajar el sonido, más allá de lo que burgueses blancos de EEUU y Europa pudieron alcanzar con muchos más medios (laboratorios de música millonarios). De ahí que tenga mucho más valor para mí. 

El dub, oh, el dub. Esa técnica que dobla pistas de sonido del reggae, enfatizando la línea de bajo, eliminando en ocasiones la pista de la voz, jugando con ella a través de eco, reverberando para crear un universo sónico inquietante y atmosférico, es de lo más valioso que ha parido el ser humano en sus expresiones artísticas relacionadas con la música. 

El propio Perry decía que "el estudio era como un ser vivo, una vida en sí misma". "La máquina debe estar viva e inteligente. Luego pongo mi mente en la máquina y la máquina realiza la realidad". Con afirmación (preñada en las últimas palabras de pura metafísica) hay cierto paralelismo con otros productores no músicos. Los primeros que me vienen a la mente son Phil Spector con su "wall of sound", y también Brian Eno, tal vez el mejor "no músico" de la historia. 

Keith Richards le consideraba el Salvador Dalí. También tenía algo de Sun Ra por su espíritu inclasificable e indomable. Influyó notablemente en la carrera de Bob Marley. En este sentido, Perry fue un creador de creadores. Aunque la colaboración entre ellos acabo mal, en lo personal y en lo económico. Demasiado libre era Perry para pensar en generar lucro por su trabajo.

También dice mucho de él la acogida que dio a unos blancos de la antigua metrópoli del imperio británico, los punkis The Clash, cuya canción "Complete Control" fue producida por Perry. Y ese mismo año produjo dos canciones a Paul y Linda McCartney.

Su obra se encuentra en sus propios trabajos  y en los de Max Romeo, Augustus Pablo, The Heptones, Junior Byles, The Mystic, Devon Irons, Bunny and Ricky, Peter and Paul Lewis, Sanny Hensworth, Junior Ainsworth, Dillinger, Lee and Junior, Junior Delgado, Sons Of Light, The Black Notes, The Orb, Mad Professor, The Clash, y muchos más.

Aquí una muestra  (vídeos en youtube) de su obra, sus producciones, y su influencia en la música...







21.6.21

Erizonte. Escultura sonora por la libertad. Tributo a OPS.



La obertura creada por Erizonte ya nos avisa de la carga de profundidad de "Sonidos en el silencio", (título que viene de un corto "La edad del silencio" corto animado de 1978 dirigido por Gabriel Blanco.

Con ese ambient fantasmal y tenebroso que emana desasosiego, forma una especie de azote de pensamiento crítico, de esos que durante décadas ha generado el maestro Ándrés Rábago (Madrid, 1947), antes como OPS  (significa abundancia en la mitología romana) de su época antifranquista (el caso del que trata este sincero tributo) y ahora como El Roto en tiempos de democracia (burguesa). Muy en la línea nuestro ilustre Goya. 

Sinceramente es un lujo poder escuchar las colaboraciones que Julián Sánz Escalona ha ido conformando con el tiempo en este ecléctico pero uniforme disco conceptual que merecidamente ha sido parido en forma de vinilo (con anticipos anteriores en formato CD). Álbum colectivo impulsado por el propio Julián. 

Los colaboradores son un aluvión de músicos históricos de la música experimental y underground.

Impagable la participación del mítico dúo Mecánica Popular (Luis Delgado y Eugenio Muñoz), pura historia de la vanguardia sonora de la España de los 80. La lista es exquisita. Nombres de culto de la escena, pioneros que nunca dilapidaron su ingenio y creatividad. La Fura Dels Baus (con Miki Espuma como compositor), Los ya desaparecidos Macromassa (uno de sus miembros, Víctor Nubla, falleció en marzo de 2020, y el disco está dedicado a él), el grupo post post punk Mar Otra Vez (reunido para la ocasión después de décadas sin actividad), Esplendor Geométrico (más laboriosos que nunca), el maestro de culto Pelayo F. Arrizabalaga junto a Eli Gras (uno de los talentos de nuestro país), Scud Hero (protagónico en la electro rock de principios del presente siglo), y Javier Corcobado, que cierra el ciclo de colaboraciones que Escalona, bajo su alias de Erizonte, ha edificado, dotando de una música onírica y pensativa, el trabajo como agitador de conciencias que OPS encarnó durante años. 

El disco es un antídoto contra el efugio vital imperante en estos tiempos de manipulación e individualismo. Siguiendo esta idea, esta oda efusiva, derrama vitalidad, muy superior a la mayoría de trabajos que suelen publicarse. Vitalidad con actitud (en su vertiente crítica del sistema) de gran eficacia. Siendo una apuesta arriesgada en eso de publicar obras sonoras con mensaje, algo tan anómalo hoy día. Los músicos citados emplean sonidos e instrumentos que engarzan formas nuevas (o no tanto) de expresión, enhebrando una especie de banda sonora que desaturde nuestras mentes abarrotadas de pensamientos nefastos. 

Sin esnobismo alguno, con sinceridad y verdad en cada hueco del pentagrama, se esparcen con agilidad y sabiduría toda una serie de conceptos que eran fórmula artística de Rábago, casi regla inamovible que servía para explicarnos el mundo que nos rodea. 

La explotación, la manipulación, los diferentes tipos de opresión, la importancia de la educación, el papel desastroso de la Iglesia como inoculador de sometimiento y sumisión, el poder del miedo, la mejor de las armas, nuestro universo de humor negro, y nuestro espíritu de superación ante los obstáculos. La represión en todas sus formas es lo que vertebra este álbum que se convierte en otro artefacto más de los artistas y músicos españoles que siempre han defendido la libertad. 

Este disco, en su intrínseca concepción es una bofetada al poder, no como algo metafísico, sino como algo material que decide nuestro destino, o al menos lo intenta con las diferentes armas de que dispone.

En la estepa musical de nuestro país, algunas veces surgen chispas luminosas y abrasivas que retumban frente a lo acomodaticio y lo subvencionado. O se está con el poder, o se está contra él. Erizonte lo tiene claro en este disco tributo a OPS.

Disco imprescindible. Pero aviso, no es apto para los que aborrecen los sonidos chirriantes y la música atonal. Este es un disco de aquello que llamaban vanguardia

El acertado diseño gráfico está acompañado de una selección (realizada por el propio Rábago) de sus viñetas, ilustrando cada una de las composiciones de los protagonistas de este disco colectivo. 

Puntuación: 4/5.

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Por Sergio Sánchez

31.5.21

Cristóbal Halffter. La música del compromiso.

    


El programa de Televisión Española "Imprescindibles" nos regaló todo un programa monográfico sobre la figura del tristemente fallecido Cristóbal Halffter, descubriendo a los telespectadores el verdadero significado de un artista total y descomunal. Y aunque era uno de los nuestros, para la mayoría de los ciudadanos era un perfecto desconocido. 

Lo mejor de su obra trasciende también su música. Su compromiso y moral intachables estaban ligadas a cada compás que completó con notación a cada sonido, a cada silencio. Estaban unidas a una finalidad que era nada más y nada menos que la denuncia y la resistencia ante cualquier tipo de represión y de opresión. 

    "Si el Quijote tuviera que enfrentarse a unos molinos en la actualidad, éstos serían el sistema, el imperialismo, y las multinacionales".  

Es una frase acertada y revolucionaria que mucha gente nunca creería que pertenece a este colosal compositor. Desde la vanguardia y sin olvidar lo mejor de nuestra tradición, Halffter vertebró una obra de una coherencia pluscuamperfecta. 

El compositor/director compuso en plena dictadura fascista (y también en sus estertores) algunas obras trascendentales, como la dedicada a los poetas Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández. También a ciudades masacradas en el siglo XX por bombardeos indiscriminados y genocidas: Guernica, Dresde o Hiroshima). 

También realizó una obra por encargo de la mismísima ONU para recordar el vigésimo aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. 

Todo esto muestra una pequeña pizca de su obra imprescindible y la necesidad de que la música de Halffter deba ser conocida no solo en los Conservatorios de Música, sino en cada colegio e instituto de bachillerato de nuestro país. Hoy más que nunca deberíamos gritar ¡viva Cristóbal Halffter!



    


26.5.21

Pedro Iturralde. Viento del pueblo.

Pedro Iturralde ha fallecido a los 91 años de edad. Su es sinónimo de jazz en España, es uno de los pioneros, pero también era sinónimo de embajador, por poner a España (junto a Tete Montoliú) en el mapa mundial jazzístico. En los estertores de los años 60 Iturralde ya era un maestro por aunar sabiamente lo mejor del jazz y el flamenco, dos pasiones artísticas que aparentemente eran contrapuestas en lo estético, pero que en su raíces más profundas emana la savia de la cultura popular, la de los descamisados y los oprimidos.

De niño comenzó a tocar varios instrumentos, (saxofón, clarinete, guitarra, piano), y más tarde violín. Tras viajar al extranjero cuando ya ejercía de forma profesional como músico, volvió a nuestro país y realizó la carrera (completa) de saxofón en el Conservatorio Superior de Madrid, en solo un año. Justo después, y tras curtirse en los pueblos de su querida Navarra y el extranjero, formó el Pedro Iturralde Quartet. Además de interprete fue un notable compositor, y trabajó de músico de estudio y arreglista, realizando coqueteos con estilos modernos de la época como el rock y el twist. Esto le sirvió para foguearse y ganar tablas, y también para grabar sus primeros discos en solitario (en formato EP) con un sonido cada vez más personal, donde alternaba versiones de música popular tradicional y composiciones propias. 

Su gran salto al mundo del jazz se produjo en el Whiskey Jazz Club. Allí tocó casi todas las noches durante varios años. Atención a los nombres a los que acompañó: el gran trompetista Donald Byrd el monstruo del barítono Gerry Mulligan, Lee Konitz, otro gran saxofonista del estilo cool en los años 50, el otro grande internacional del jazz español, Tete Montoliu, y el también pianista Hampton Hawes, que también tocó con los más grandes (Charlie Parker, Art Pepper, Charles Mingus, y más tarde con Joan Báez y Charlie Haden).
Es ahí donde comenzó a dar rienda suelta a sus ideas revolucionarias en su concepto de fusión entre los dos grandes géneros surgidos de la sal de la tierra, el jazz y flamenco, Con Hawes grabó un soberbio disco que reflejaba a la perfección su gran nivel como músico, el titulado "Pedro Iturralde Quartet Featuring Hampton Hawes", y cuyo subtítulo indica el horario de madrugada cuando fue grabado, casi del tirón. El repertorio estaba compuesto de clásicos a la manera de Iturralde y su cuarteto, el frenético y técnico "Óleo", la ya inmortal "Autumn Leaves", o la delicada "My Funny Valentine" que tan popular hizo Chet Baker, y que en manos de Iturralde se convirtió en una versión dignísima (los dos últimos minutos son arte puro que recuerda a su admirado John Coltrane). Esa fue una madrugada mágica de febrero de 1968 se convirtió en un oasis de libertad artística, en pleno ese frío de una capital aún castrada por la dictadura. Hawes, que no llegaría a escuchar el disco publicado (tardarían 18 años en desempolvar la grabación para su publicación para el extranjero), estaba en estado de gracia. También Iturralde y sus habituales en aquella época (Eric Peter al contrabajo y Peer Wyboris a la batería).

Dulzura, técnica y compenetración, como pocas veces puede ocurrirle a uno en la vida, quedaron plasmados en ese soberbio disco que les recomiendo escuchar. Se grabó en un par de horas, y se convirtió al instante en una de las obras cumbres de jazz español. Menos mal que convencieron al gurú de la discográfica Hispavox, Rafael Trabucchelli para registrar aquella maravilla. Inciso, me pregunto cuánto arte musical se ha perdido en nuestro país sin poder perpetuarlo en forma de disco. En este disco ya se desprende (aparte de la gran compenetración entre Iturralde y Hawes) la sensibilidad, la dulzura, la técnica, y el color del sonido del saxofón del gran maestro navarro. En definitiva, un auténtico disfrute para los amantes del jazz. Pero el "puñetazo" de Iturralde en el tablero mundial del jazz ya estaba dado con la publicación, también en Hispavox, de dos discos (uno en 1967 y el otro en 1968) que cambiaron la historia, "Jazz Flamenco"(en dos volúmenes) que años después se podrían conseguir reeditado en formato CD en una sola referencia a través del mítico sello Blue Note (la mejor discográfica junto a Prestige e Impulse), dada su importancia trascendental. 

En solo una década publicó una serie de discos que configuran la edad del oro del jazz ibérico con una piedra angular dividida en 4 discos, dos de ellos subdivididos (el ya citado "Jazz Flamenco"), y los otros dos publicados, ya no con Hispavox, sino con MPS y CBS. Son los llamados "Flamenco Jazz" (imprescindible escuchar "Canción de Fuego Fatuo", "El Vito" o "Veleta de tu viento") y "Jazz Studio". Entre 1967 y 1976, se produjo la primera década de oro del jazz español, y deberían realizarse tesis sobre la fusión que hizo Iturralde sobre innovación vanguardista y respeto a las tradiciones más arraigadas en la cultura popular hispana.
Aún siendo navarro, el hecho de viajar fuera de España le impulsó a componer o adaptar clásicos tradicionales. Como el gran Sabicas (también navarro), su pasión por Andalucía era palpable. Le gustaba mucho realizar improvisaciones sobre esos aires andaluces, y un gran deseo por conocer otras culturas. En contraposición a los que buscaban y siguen buscando división, él veía en la diversidad y riqueza cultural de España, un plus que le servía para ser más creativo, para crecer como persona y artista. De sus escapadas por los "tablaos" flamencos y de la escucha del disco de Miles Davis "Sketches of Spain"(profunda y respetuosa aproximación a la cultura española), surgió la poderosa (y ya indestructible) idea de que el flamenco y el jazz eran hermanos de sangre, que su fusión no es que podía ser factible, sino que era capaz de generar un arte de profunda hermosura. Coltrane y Davis tenían en su subsconsciente el flamenco como influencia lejana. No creaban copias del sonido flamenco, pero sí variaciones demasiado formales, y que no se acercaban a lo que grabó Iturralde. 

A diferencia de ellos, el maestro español sentía como propio el flamenco, de forma atávica y con fuerza, expresando a través del jazz un estilo que sentía como propio. Los discos de Iturralde aún siguen sonando frescos, inquietos con esa característica tan suya de dotar la técnica, el ritmo y las armonías, al servicio de la emoción. Algo que en mi modesta opinión es seña de identidad de los músicos de jazz españoles. De dos culturas aparentemente opuestas y lejanas, se demostraba que tenían más en común de lo que podríamos imaginar. Estos discos centrales de Iturralde así lo demuestran. A partir de ahí, todos en el mundo del jazz quedaron maravillados y comprendieron más allá de los tópicos y algunas certeras ideas sobre nuestra idiosincrasia (como le ocurrió a Miles Davis). 

Se acababa de dar un gran salto adelante en esa idea de fusión de ambas culturas, aportando todo el conocimiento de años sobre la cultura flamenca, aportando auténtico flamenco, de gran calidad, y dialogando de forma libre y respetuosa con el jazz, que era un estilo de música que también gustaba de la libertad como forma de expresión. Iturralde, que estaba rodeado de grandes músicos, elevó a otra dimensión canciones tradicionales y populares como "Veleta de tu viento", "El Vito", o adaptando obras del maestro Falla, "Canción de Fuego Fatuo". Muchos arreglos fueron tomados a través de nuestro genio universal Federico García Lorca. Y la influencia de los maestros Manuel de Falla, Isaac Albéniz, Turina o Granados también estaban presentes. Así que el impacto no pudo ser otro que impresionante. Fue tal que se puso en contacto al poco tiempo el influyente Joachim E. Berendt, que posteriormente le produjo el disco "Flamenco Jazz", ofreciéndole una actuación en el gran Festival de Jazz de Berlín, en el año 1967, y la grabación del mismo concierto. 

En ese festival se codeó con Miles Davis y su quinteto, Thelonious Monk, Archie Shepp, Sarah Vaughan, Don Ellis, y muchos más. Pedro Iturralde participó en el apartado dedicado a la fusión del jazz, el conocido Jazz Meets The World. Fue ahí cuando el propio Berendt le sugirió a Iturralde que incluyera a un guitarrista de flamenco, algo que Iturralde no deseaba en principio por tener demasiado respeto al flamenco puro. Probó con varios guitarristas de jazz para que hicieran "giros aflamencados", pero el resultado no era satisfactorio, y así, después de varias pruebas a guitarristas, se encontró con una joven promesa que le recomendaron, y que luego acabaría siendo un icono de la música universal, Paco de Lucía (que por aquel entonces era conocido como Paco de Algeciras). 

En los "huecos" de los temas, el guitarrista universal daba rienda suelta a su flamenco libre y avanzado, provocando junto a la música generada por Iturralde y el resto de músicos de la banda, un hito en la música española y universal. La gran fusión, milimétrica e indestructible entre la cultura española y el jazz del lejano EEUU, se gestó en esos años. 50 años más tarde sigue más que vigente, y mantiene aún mucha pulsión de vida. Y la figura del maestro de maestros influyó a los grandes del jazz actual en España: Jorge Pardo, Carles Benavent, Javier Colina, Perico Sambeat, Gerardo Núñez, Javier Colina, Albert Marquès, y tantos otros. Todos tienen algo de Iturralde en sus corazones.
Pedro Iturralde ha seguido siendo hasta sus últimos días un músico altruista y humilde, baluarte de la cultura hispana. Siempre llevó nuestra cultura consigo, traspasando fronteras. Y casi sin querer molestar a nadie se convirtió con luz propia en uno de nuestro mejores embajadores. Dentro de su trayectoria, repleta de éxitos y reconocimientos variados, está el Premio Príncipe Viana de la Cultura, la Medalla de Honor de la SGAE, o la medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. Compuso también bandas sonoras y colaboró como solista con la Orquesta Nacional de España, sin olvidar lo mucho que hizo por el jazz en nuestro país y porque fuera aceptado en los Conservatorios. 

Solo decir en este día triste por su fallecimiento que su legado seguirá vivo. A los que desconocen la música de Pedro Iturralde, os recomendamos una discografía (seleccionada) que es auténtico patrimonio inmaterial de nuestro país: "Jazz Flamenco", "Flamenco Jazz", "Pedro Iturralde Quartet Featuring Hampton Hawes", "Etnofonías", "Complete Music for Saxophone and Piano", o "Una noche en el Central". Estas tres palabras: sinceridad, humildad, y honestidad, son las que he elegido para definir a Pedro Iturralde y su música. Sirva este artículo como homenaje y muestra de respeto. Nuestro más sincero pésame a su familia y amigos. Que la tierra te sea leve, maestro.

Reproducción en el blog de la necrológica que escribí el mismo día del fallecimiento de Pedro Iturralde. Se publicó en el periódico De Verdad, en su sección de cultura. 

25.5.21

Seefeel. El bendito problema de comprar reediciones.

La fractura de los sonidos abisales de Seefeel se ha hecho notar. Tras varios años en período de letargo, reeditan tres referencias de su período posterior al del sello mítico Too Pure. Me refiero al período de transición que hicieron a la electrónica más abstracta y áspera, la cercana a sus amigos Autechre. En este período que data de 1994 a 1996, publicaron un EP, un single, y dos discos de larga duración. Los trabajos reducidos fueron una transición acelerada hacia momentos de gran impacto sonoro, y que luego serían mejor transitados desde esa perspectiva de experimentación por uno de sus miembros en el proyecto Disjecta, Mark Clifford. Del sello indie más exquisito (Too Pure) de la primera década de los 90 (de ahí salieron PJ Harvey, Moonshake, Mouse On Mars, y Stereolab), saltaron sin red a otra discográfica fundamental, Warp. 
Ahí entendieron su mutación (natural) sin fisuras hacia mundos con subsuelos electrónicos. Y el siguiente salto, estratosférico, fue a Rephex. Con "Rupt and Flex (1994.1996)" se reúnen los trabajos tras su salida de Too Pure. Editado en una caja especial de 4 CDs con 43 canciones remasterizadas para la ocasión por el gran Stefan Betke, más conocido por su proyecto Pole. Un maxi, un EP, dos LPs, con remezclas de la época (Autechre), así como 22 bonus track. Estas rarezas eran difíciles de conseguir. Además, contiene un diseño exclusivo de los prestigiosos The Designers Republic, con apuntes del propio Clifford y Sarah Peacock. 

También están publicados los discos en doble y triple vinilo de "(Ch-Vox)" y "Succour", en edición (como ellos han denominado) "Redux". Así como la suma en un doble LP del EP "Starethrough" y el maxi "Fracture/Tied". Desde su visión futurista en el campo del dream-pop hasta el universo techno más arisco y esquelético, hay una delgada línea experimental que recorre el sonido de Seefeel. Un estilo construido y reconocible que se caracteriza por la tristeza y la melancolía como catalizadores de su estrategia musical. Tenemos en ellos otro ejemplo más de grupo de culto que trasciende una época, que se revisa con devoción, pero que nunca llegaron a cotas comerciales de coetáneos cuya estética se englobaba en las tendencias que imponía la prensa musical inglesa. 

La época dorada del grupo londinense hay que contextualizarla en el declive shoegaze, la irrupción del grunge, y el clasicismo rancio del brit pop. De entre los muertos sónicos, surgieron estos casi alienígenas que nos invitaban a una forma más cósmica de escapismo. Sin tanta cobertura mediática, finalmente establecieron un camino seguido (e imitado) por otros francotiradores. Seefeel es uno de los nombres más reveladores de esa frontera exitosa de los primeros años de la década de los noventa que flirteaba con el pop menos convencional y la electrónica alejada de los clubes. De ahí su relevancia casi treinta años después. 

Seefeel queriendo o no, se convirtieron en uno de los iconos de esa tercera vía adquirida por los oyentes más exigentes. Para quien no tenga alguno de estos discos, lo recomendable es adquirir estas reediciones. Pero si la discoteca está vacía de los trabajos de Seefeel, lo ideal sería adquirir ese caramelo en forma de pack llamado "Rupt and Flex". Bendito problema ese de comprar reediciones porque en la época de su publicación el dinero tenía que ser pintado. 

24.5.21

Víctor Nubla. DEP.

Hace ya meses de la triste noticia del fallecimiento de Nubla, uno de los más influyentes y anárquicos artistas de nuestro país. Tenía 63 años, y fue debido a complicaciones de una hernia. Su influencia fue grande. Muchos de sus proyectos y colaboraciones tuvieron gran trascendencia, a pesar de girar en mundos minoritarios. Es lo que suele ocurrir en estas latitudes. Desde la segunda mitad de los 70 siembre fue activista sonoro. Argonauta del barrio de Gràcia, volvió a publicar, no hace mucho, un nuevo disco de su proyecto más conocido, Macromassa. Seguía con el festival LEM de Gràcia Territori Sonor, y muchas actividades, como microtopies.
El último libro que recuerdo suyo lo publicó Blackie Books. Os dejo el enlace del tributo que organizó a través de un bandcamp Francisco López. Adjunto ENLACE del disco, con el track que presenté para dicho homenaje.
DEP