22.1.16

Víctor Lenore. El terror de los hipsters.

Reproduzco íntegramente la entrevista que publiqué en el blog ya extinto de Fnac, ahora ClubCultura, ya que todos los artículos y entrevistas han desaparecido de la red. 


VÍCTOR LENORE. EL TERROR DE LOS HIPSTERS. ENTREVISTA
Estas últimas semanas se ha producido un pequeño terremoto tras la publicación de un más que recomendable libro que pretende hacernos reflexionar sobre la cultura indie, y los denominados gafapastas y hipsters, término este último muy trillado y utilizado hasta por las niñas de los colegios de Carmelitas. Se han producido otras aproximaciones irónicas como la columna Modernillos de mierda, y el cómic Moderna de pueblo, algo más benevolente, pero es con el libro autocrítico y reflexivo de Víctor Lenore donde podremos entender bajo un prisma social toda esta movida cultureta,  clasista, y reaccionaria. Es el momento de destripar el hecho diferencial del “hipsterismo”.  
Está claro que Lenore no quiere ser adorado y por ello está recibiendo muchas críticas, la mayoría sin fundamento. Lo indiscutible es su valentía y atrevimiento, aunque algunos le tachen de oportunista. El caso es que ha levantado ampollas sobre algo que nadie se atrevía a encarar con seriedad, porque reflexionar sobre ello tiene más de seriedad que de humor. El autor pondrá sobre el papel datos e información que derriban lo que realmente es un castillo de naipes bien marcados que representa la modernidad de una gente que tiene fobia a lo colectivo y lo social. “Indies, hipsters y gafapastas” es un excelente libro, ameno, e interesante porque incluye en sus páginas muchas verdades. Publicado por la editorial Capitán Swing, y distribuido en las tiendas FNAC y en la propia web, entrevistamos a Lenore antes de que acabe dilapidado. Y eso que en otros países del entorno existen publicaciones sociológicas al respecto y nadie se tira de los pelos (perdonen la expresión).
¿Son los hipsters los nuevos pijos? ¿Indie significa independencia o individualismo? ¿Esta cultura supuestamente contracultural es una creación para fomentar sujetos pasivos y consumistas? ¿O tal vez los que dominan y domestican la cultura necesitan de esa modernidad estética y principios  para vender y perpetuar su poder aparentemente bondadoso?
De los tiempos donde los jóvenes querían o intentaban cambiar el mundo de base, a los actuales donde  lo único que pretenden que seamos es ser los más modernos y más adorados, han pasado no más de tres décadas. Atrás quedan otras generaciones que fueron definidas por Jean Luc Godard como “los hijos de Marx y la Coca-Cola. En vez de lucir como rebeldes sin causa, una chupa roja y tupé,  ahora lo que se llevan son las camisetas de leñador (nada sucias como en los tiempos grunge), barbas, tatuajes hasta en las axilas, anillos, culto a las marcas, e individualismo con pose de superioridad. Son los tiempos de la anti tribu individualista, pero afortunadamente todo esto está cambiando. Lenore nos explica todo sobre este libro, y sus objetivos.
Pregunta: Elegiste al cantante Nacho Vegas para el prólogo, y las críticas que está recibiendo el asturiano son continuas. 
V. Lenore: Vegas es uno de los músicos con los que más sintonizo políticamente. Básicamente, es una estrella de rock, un trabajo muy propicio para cultivar el narcisismo, pero él ha decidido controlarlo.  Tiene un discurso sencillo, humilde y empático, basado muchas veces en la autoparodia, pero que nunca cae en el cinismo. Canciones como “Ciudad vampira” y “Cómo hacer crack“, entre muchas otras, reflejan los conflictos que sufrimos en nuestra vida cotidiana.
Pregunta: ¿Cuál ha sido el objetivo de este ensayo? ¿El poder aclarar conceptos o por una toma de posición al respecto?
V. Lenore: Considero el hipsterismo una derrota política. Parece algo moderno, con cierto aire contracultural, pero es una especie de Caballo de Troya por el que nos cuelan los valores dominantes: elitismo, anglofilia, meritocracia, machismo y hasta cierto racismo cultural. Otros autores lo han visto antes que yo: César Rendueles, Owen Jones, Thomas Frank, Stuart Hall y Mark Greif, por citar unos pocos…. En el texto intento difundir sus mejores argumentos, salpicados de experiencias personales. 
Pregunta: ¿No crees que esto de la pose hipster está creciendo justo ahora que el aumento de la pobreza y el clasismo determina tu futuro inmediato? ¿Significa la distinción como medio de supervivencia en el mercado laboral? ¿Es sinónimo de triunfo?
V. Lenore: Totalmente. En el libro explico que, si te metes en Google Trends, las búsquedas de la palabra “hipster” se disparan en España  justamente a partir de 2008, con la llegada de la debacle financiera y económica. Nos agarramos a gustos culturales presuntamente elevados y exquisitos para sentirnos por encima de la “masa”, que es lo mismo que decir de la clase trabajadora o el precariado. El hipsterismo es un proceso de desclasamiento, que apuesta por el individualismo frente a las soluciones colectivas. 
Pregunta: Explica a los lectores del blog que aún no han leído tu libro la diferencia entre indie, hipster o gafapasta.
V. Lenore: El Indie es un subcultura nacida en Reino Unido en los años ochenta, dominada por chicos de entre 18 y 26 años. Son canciones intimistas, melancólicas, grabadas con pocos medios. Casi todas están escritas en primera persona. Hablamos de un movimiento individualista y autorreferencial, al menos en su nacimiento. Hipster es una palabra de larga tradición que arranca en los años 40 asociado a la generación beat, aquellos jóvenes que se bajaron en marcha del “sueño americano” para escuchar be-bop, fumar marihuana y vagabundear un poco. El término resucita en Williamsburg (Nueva York) en la década de los 2000 para nombrar a una versión burguesa e hiperconsumista de esa subcultura. Mientras los viejos hipsters buscaban cosas fuera del mercado, los nuevos solo piden cosas que están en los escaparates, como bien ha explicado el crítico Simon Reynolds. “Gafapasta” creo que viene de Woody Allen. Designa a los jóvenes que piensan que sus gustos culturales “premium” (discos raros, cine de autor, metaliteratura al estilo Vila-Matas) les colocan por encima de “las masas” que consumen productos “normales”.  
PreguntaLa música indie en España siempre se entendió más como individualismo estético que como actitud de independencia frente al sistema que como individualismo. ¿O tal vez no? ¿Por qué se ha desvirtuado tanto esa palabra? Los que se consideraban en la adolescencia “indies” lo creían que  representaba un rechazo frontal a la industria discográfica, tal vez más por gustos que por cuestión ideológica, aunque sin descartar esto último. Y no todos eran de clase media.
V. Lenore: Cuando hablo de que el indie es de clase media me refiero a que tiene aspiraciones de clase media. Hay mucho indie que viene de la clase trabajadora y que se apunta a esa subcultura como medio de distinción social. El indie español se limitó a copiar la estética anglosajona, dejando aparte la ética, por eso nunca tuvimos un grupo tan combativo como los Housemartins (aunque encuentro ecos del grupo en algunas canciones de La Casa Azul, por ejemplo). El indie español fue pura distinción y esteticismo. Hay una frase muy chula de Nacho Vegas en el prólogo del libro que dice que se metió en el indie buscando independencia y que, sobre todo, lo que encontró fue individualismo. 

Pregunta: Los que moldean conciencias a través de los medios de comunicación con la cultura hipster ¿quieren que la diferenciación entre la gente sea una constante? Algo muy rentable, por cierto. ¿Este tipo de individualismo es el germen para una futura inacción por parte de las futuras generaciones? ¿Has podido ver a muchos gafapastas en las plazas del 15M, las mareas y huelgas generales? 
V. Lenore: He visto muchos modernos, indies y gafapastas en las plazas. Empezando por mí, aunque me considere un ex de todas esas tribus. Nos hemos politizado a golpe de recortes, despidos y desahucios.  Es fácil encontrar gente con look hipster en las asambleas y círculos de Podemos en Madrid. Creo que eso irá a más. Me parece una buena noticia que nos estemos dando cuenta de que nuestra subcultura tenía una versión individualista y estrecha de la realidad. Este estimulante proceso de politización nos ha confirmado que la cultura hipster era una burbuja estética, lo que nuestros padres y abuelos llamaban la torre de marfil, refiriéndose a esos géneros o artistas que se vuelcan en lo interior y olvidan lo colectivo.

Pregunta: ¿Que opinas sobre los que escriben sobre estas cuestiones y critican tu  libro? En Inglaterra o EEUU seguro que hay muchas publicaciones sobre este fenómeno sociológico y nadie “se tira de los pelos”,  ni acusa a nadie. 
V. Lenore: Es cierto que el libro ha despertado mucha hostilidad. Agradezco a los reseñistas el esfuerzo de leer el texto, pero se pueden hacer críticas mucho más sosegadas y constructivas. Me parece revelador que la mayoría de las publicaciones hipster escojan hacer reseña, pero no les interese una entrevista. Eso denota más voluntad de tener la última palabra que de encontrar algún tipo terreno común.  

Pregunta: Si en publicidad lo que trasmiten es autenticidad, no parecerse al vecino de al lado, entonces esto de lo que se trata es de cuota de mercado. ¿Lo indie vende? Recuerdo como la colonia Gio  usó una canción de Oval hace años, y como Levi´s en uno de sus anuncios incluyó un tema de Biosphere. ¿Es porque los que crecieron con toda aquella música ahora tienen poder adquisitivo, son maduros consumistas?
V. Lenore: En parte, como dices, lo indie y lo hipster dominan la publicidad por la trayectoria cultural de quienes ahora tienen poder en las agencias. Pero también porque las canciones indie/hipster/gafapasta no chocan de ninguna manera con los valores de la industria de la publicidad. Un anuncio te propone comprar cierto producto y promete que eso te elevará por encima del gusto masivo. La lógica hipster funciona exactamente igual, solo que los productos son discos, libros, series….Son lógicas paralelas, basadas en la distinción…

Pregunta¿La falta de referentes hace que los gustos estéticos sean el centro identitario de los jóvenes? ¿Realmente es una dominación cultural? ¿Hay esperanzas de revertir esto?
V. Lenore: Culturalmente, estamos tan mal que la cosa solo puede ir para arriba. Por eso me muestro optimista. Sí estoy seguro de que existe dominación cultural: casi todas las secciones de cultura tienen enfoques hipster. Es verdad que Malú vende más que Morrissey, pero una editorial como Penguin nunca va a publicar la autobiografía de Malú en su serie Classics. Otro ejemplo: H&M prefiere anunciarse con Lana del Rey que con Enrique Iglesias.  La dominación de la que hablo es una mezcla de ventas y prestigio.  

Pregunta: No todos los grupos eran individualistas. Fugazi, Huggy Bear, Atari Teenage Riot, The Clash, sellos españoles como B-core. ¿O en el fondo todos quieren ser adorados, como cantaba Ian Brown en The Stone Roses?
V. Lenore: Los artistas que mencionas me parecen excepciones a la regla. Si comparamos sus letras con el grueso de grupos hipster vemos lo despolitizado e individualista de la cultura “moderna”, “alternativa” o como quieras llamarla. “I Wanna Be Adored” es uno de los grandes himnos del indie y resulta complicado negar que la letra es una oda al narcisismo que refleja muy bien los los valores del género. 

Pregunta: ¿Que esperas del libro? Ha sido publicado por Capitan Swing, editorial dedicada a cuestiones sociopolíticas. ¿Cultureta y gafapastas son estereotipos puramente ibéricos? 
V. Lenore: “Cultureta” y “gafapasta” son arquetipos universales, aunque las palabras sean muy españolas. Que Capitán Swing aceptase publicar mi libro me animó mucho a trabajar en él. Han publicado libros realmente importantes y útiles como “Sociofobia” (César Rendueles), “Chavs: la demonización de la clase obrera” (Owen Jones), “El minotauro global” (Yanis Varoufakis), “Por tu propio bien:150 años de consejos expertos a las mujeres” (Barbara Ehrenreich), “El problema de los supermillonarios” (McQuaig/Brooks) o “El color de la justicia” (Michelle Alexander). Es un honor exagerado compartir catálogo con ellos. 

Pregunta: ¿Faltos de autoestima o necesidad de aumentar su estatus social a través del hipsterismo?
V. Lenore: Para mí es una mezcla de los dos. En mi caso, sin duda, así como en el de muchas personas que conozco. 

Pregunta¿Es lo indie una cantera para las majors? ¿Una parte del engranaje más?
V. Lenore: Se ha convertido en eso. La industria adora lo indie porque requiere inversiones pequeñas y tiene mucho prestigio cultural.  En los años ochenta y noventa todavía subsistía cierta resistencia a “venderse”, mientras que hoy “venderse” es el único objetivo de los jóvenes creadores. ¿Cuál fue el último conflicto con el sistema que tuvo la cultura indie/hipster/moderna? Casi no me acuerdo. Quizá aquella vez que el grupo No Age denunció las condiciones esclavistas de fabricación de Converse y Nike en la sala Apolo de Barcelona. Casi toda la prensa moderna criticó al grupo por cobrar el concierto, pero no a las marcas por esclavizar trabajadores. 
Pregunta: El ejercito de estetas  que abundan en la prensa dirigiendo la sección de cultura, la invasión de revistas de tendencias y blogs, significan, además de un triunfo, la dominación absoluta y por ello ¿necesitan retroalimentarse para subsistir?
V. Lenore: La cultura hipster es muy precaria. Si todo ese ejército de periodistas “guays”, “irónicos” y “exquisitos” no creo que artistas como Deluxe, Agustín Fernández Mallo y Joe Crepúsculo pudieran recibir mucha atención del público. Es una hipótesis, claro, pero basada en veinte años de experiencia. 

PreguntaLa hegemonía e imperialismo cultural hipster ¿de donde viene? Si la contracultura fue un ejemplo de rebelión en tiempos mucho más militantes, ¿que es el hipsterismo
V. Lenore: Los años ochenta son el escenario de una revolución derechista, liderada por Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Felipe González. Se legitiman dinámicas de segregación social como los colegios privados, las urbanizaciones cerradas y los seguros médicos de pago que prometen una atención mejor que la sanidad pública. También hay un proceso muy dañino de destrucción sindical y privatización de empresas privadas rentables. La cultura hipster es el reflejo cultural de esa estratificación. Es un divide y vencerás que funcionó muy bien a los de arriba.  Recomiendo el libro “La rebelión de las élites”, de Christopher Lasch, tristemente descatalogado, pero disponible en muchas bibliotecas.

Pregunta: Existe más oferta comunicativa, pero menos diversidad de opiniones, un auténtico pensamiento único. ¿Cuál es la solución para acabar con esta dominación cultural? En España también hay casos de gentrificación como ocurrió en Brooklyn, por ejemplo, el barrio de Russafa en Valencia.
V. Lenore: La gentrificación está en todos lados: Madrid, Barcelona, Málaga, etc. Es un proceso de homogeneidad y de exclusión de vecinos vulnerables.La solución a eso es la lucha vecinal y la conquista de ayuntamientos por partidos igualitarios, que no tengan complicidad con las mafias inmobiliarias…Respecto a la dominación mediática, creo que la solución es la intervención estatal, con una ley que fomente y hasta financie los medios de comunicación comunitarios. También estaría bien ligar de alguna manera los medios de comunicación con el entorno universitario. Hemos dejado demasiado espacio en manos privadas que han convertido la prensa cultural en un catálogo de productos. 

 

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